Camila Shumacher-La Nación, 7 de marzo, 2000

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Cali Rivera

Vivir del arte para él

Con la exposición Detrás de la ventana, Cali Rivera inaugura su galería


Camila Schumacher

Cali Rivera siempre ha vivido rodeado de mujeres. Quizás, por eso, decidió pintarlas.

Madonas, matronas, vírgenes, heroínas, seductoras y seducidas, posibles o lejanas: decenas de mujeres se asoman en los cuadros de este artista y nos enseñan un mundo en el que lo femenino tiene siempre la última palabra.

Para Rivera, las mujeres son sinónimo de esperanza, un valor indispensable en el siglo que despunta: "Mujeres de colores en un planeta sin fronteras, sin guerras. Utópica visión reflejada en seres oníricos de meditación disfrazada, imágenes que gritan tolerancia a través de la entrega y el silencio, reflejando el lado femenino de la humanidad".

Detrás de la ventana forma parte de una propuesta multidisciplinaria que, además de las imágenes plásticas, incluye música y danza. Por eso Irazú es un cuadro que canta y, en el medio de la muestra se exhibe la partitura de una obra para coro y orquesta.

"La idea de esta exposición la empecé a trabajar con varios artistas pero por falta de tiempo, de plata y otras dificultades propias del medio, no todo pudo estar listo al mismo tiempo. La coreografía y la ejecución de la obra musical las vamos a integrar más adelante", promete Rivera.

Un lugar para compartir

"Nuestros ojos son como una ventana y debemos, permanentemente preguntarnos si estamos frente a un vidrio o frente a una pared, si preferimos tener por delante cemento u horizonte. Detrás de mi ventana, que ahora escogí abrir ante el público, conviven múltiples propuestas y convergen infinitos caminos. Creo que hay que perder el miedo, correr las cortinas y dejar de estar tan guardaditos", reflexiona Cali.

Y fue ese deseo de abrirse al mundo el que impulsó a este artista a convertir su taller en una galería: "Salté del lienzo a las paredes, empecé a diseñar las puertas y las ventanas, a escoger los muebles. Me adueñé del espacio y comencé a crear no solo mis cuadros sino también el lugar donde exponerlos".

Pero Rivera es consciente de que no solo él necesita un lugar donde trabajar y mostrar sus obras, por eso, quiere ofrecer su taller - galería a todos aquellos nuevos artistas que necesiten un lugar para ensayar, leer, exponer o, simplemente, conversar.

"Hay gente que vive del arte, yo quiero vivir para el arte. Sé que el medio se ha vuelto estrecho y tanto a los grupos independientes como a los artistas jóvenes les cuesta mucho encontrar un espacio creativo, un punto de encuentro desde el que sea posible producir y, al mismo tiempo, insertarse al medio y estar conectados".

Así, para ser parte de este espacio solo se necesitan tres cosas: tener una propuesta honesta, ganas de trabajar y animarse a tocar la puerta. "No quiero caer en la burocracia porque creo en los tratos entre las personas. Quiero que mi taller se convierta en un lugar para compartir".

La primera invitada a la galería será la actriz Alejandra Rosabal que, a finales de marzo, presentará el monólogo La puta y el manicomio de Darío Fo.

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